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sábado, 9 de agosto de 2014

HIPERTEMIA El Mito de las Terapias "Demostradas"

                                        HIPERTEMIA                                                                                             " El Mito de las Terapias "Demostradas"

La mayoría de las prácticas cotidianas en la medicina moderna no están demostradas si nos guiamos por las mismas normas impuestas por el gobierno. En 1978, la Oficina de Evaluación Tecnológica (OTA), un brazo del Congreso de Estados Unidos, emitió un informe sobre una importante investigación en el que se llegaba a la conclusión de que "sólo entre el 10 y el 20 por ciento de todos los procedimientos actualmente empleados en las prácticas médicas han demostrado, a través de ensayos controlados, ser eficaces. En otras palabras, entre el 80 y el 90 por ciento de lo que los médicos aplican son conjeturas no comprobadas científicamente. Gracias a esta definición sustentada por el gobierno, la mayor parte de la medicina moderna debería considerarse chapucería. 12 

                                                   

La quimioterapia y la radiación, dos de los tres principales métodos comprobados para el tratamiento del cáncer, aparentemente entran dentro de la definición de la OTA como métodos no demostrados, charlatanería potencialmente peligrosa, por lo menos en gran parte de su uso actual en los Estados Unidos. La quimioterapia, la radiación, y la cirugía son todas nocivas para el cuerpo así como para el tumor y todas éstas causan sufrimiento físico y trauma emocional que frecuentemente constituyen una experiencia insoportable. Cada uno de estos métodos merece un análisis más profundo.

La quimioterapia

La quimioterapia ha tenido éxitos dramáticos en el tratamiento de cánceres de la linfa y las células de la sangre: las leucemias, los linfomas, y la enfermedad de Hodgkin (un tipo de cáncer de la linfa). Estos cánceres se tratan mediante la quimioterapia combinada en la que se utiliza un "cocktail" de varias drogas tóxicas diferentes al mismo tiempo. Estos cocktails, cuando han sido precedidos por la cirugía y la radioterapia, han alcanzado índices de curación significativos, principalmente en el caso de tipos raros de tumores sólidos tales como el coriocarcinoma. 

                                                


La clínica Janker en Bonn, Alemania, es famosa por sus tratamientos con quimioterapia de corto plazo, alta dosificación, normalmente administrada durante un período de una o dos semanas. Los informes publicados (aunque no científicos) adjudican a la clínica un índice increíble del 70 por ciento en remisiones y curas en pacientes que tenían cánceres con una amplia metástasis. Esta cifra parece cuestionable porque la mayoría de los pacientes se dirige a esta clínica como último recurso, con sus sistemas ya devastados por los tratamientos convencionales. Los médicos americanos escépticos dicen que las remisiones duran muy poco tiempo y que cuando el cáncer vuelve, resulta rápidamente fatal.13 Virtualmente todas las drogas contra el cáncer aprobadas por la FDA son tóxicas en las dosificaciones aplicadas y resultan notablemente immunodepresivas, destruyendo la resistencia natural del paciente a muchas enfermedades, incluso el cáncer. La mayoría de estas drogas aprobadas por la FDA resultan también cancerígenas, es decir, que tienen una alta probabilidad de producir cáncer en animales de laboratorio y capaces de causarlo también en los seres humanos.

Todas estas drogas resultan venenosas no como efecto colateral sino como efecto primario, puesto que estos venenos no pueden distinguir entre las células cancerosas y las células normales, destruyen o matan a las células normales, saludables de todo el cuerpo además de atacar al tumor. Atacan la médula ósea, destruyendo a la vez a los glóbulos blancos cuya función es combatir la infección; los glóbulos rojos que llevan el vital oxígeno a los órganos del cuerpo; y las plaquetas que permiten la coagulación de la sangre. Desafortunadamente, éstas células del sistema inmunológico constituyen una parte importante de la defensa propia del cuerpo contra el cáncer.

Los pacientes sometidos a la quimioterapia, con sus sistemas inmunológicos completamente destruidos o comprometidos, frecuentemente mueren de pulmonía o infecciones comunes. La muerte por intoxicación también es bastante común. En un estudio, 10 por ciento de los 133 pacientes que usaron la droga oncológica 5-FU (fluorouracilo-5) murieron como consecuencia directa de la toxicidad de la droga.14 Los doctores se refieren jocosamente a esta conocida droga oncológica como "Cinco pies abajo". Los pacientes sometidos a la quimioterapia llegan con todo tipo de enfermedades de la sangre, tales como la anemia aplásica, en que la médula del hueso ya no puede producir las células de la sangre; la leucopenia, una disminución anormal en la cantidad de glóbulos blancos; y trombocitopenia, una reducción anormal de las plaquetas. Los efectos a largo plazo de la quimioterapia pueden incluir lesiones al corazón semanas, meses, o años después del tratamiento; la pérdida de fertilidad; y un mayor riesgo de reincidencia del cáncer. 

                                                   


La mayoría de las drogas oncológicas producen cánceres secundarios, sobre todo del tracto gastrointestinal, ovarios, y pulmones. Éstos se encuentran entre los cánceres más difíciles de tratar y pueden aparecer cinco, diez, quince años después del tratamiento "exitoso" con quimioterapia. En un estudio se observó que el 18 por ciento de los sobrevivientes desarrollaron cánceres no relacionados quince años más tarde. Los siguientes informes son bastante habituales: "Se sabe que los cánceres secundarios son complicaciones causadas por la quimioterapia y la irradiación empleada para tratar linfomas y linfomas de Hodgkin además de otros cánceres primarios" (New England Journal of Medicine, 21 de septiembre de 1989). Las drogas oncológicas que se usaban hace tiempo para tratar el cáncer ovárico pueden haber resultado tan nocivas como beneficiosas al incrementar enormemente el riesgo de padecer leucemia... Entre las mujeres tratadas desde 1960 hasta 1985, el riesgo de leucemia era 12 veces superior en aquellas pacientes que recibieron quimioterapia que en aquellas que sólo fueron sometidas a cirugía" (Associated Press, 5 de enero de 1990). Entre 5 y 10 por ciento de todos los pacientes que sobreviven a la quimioterapia, luego mueren de leucemia durante los primeros diez años posteriores al tratamiento, según el microbiólogo egresado de Harvard, Dr. John Cairns. Cuando la quimioterapia y la radiación se aplican conjuntamente, los tumores secundarios se dan en una proporción aproximadamente 25 veces mayor que lo esperable. Esta determinación tan contundente fue realizada por el Dr. John Laszlo, vicepresidente superior de investigación de la Sociedad Americana contra el Cáncer. 15

La quimioterapia puede ser uno de los tratamientos más devastadores física y emocionalmente. La mayoría de las cuarenta drogas oncológicas en el mercado aprobadas por la FDA producen calvicie; el cabello puede tardar años en regresar a la normalidad. Entre otros efectos colaterales comunes se incluyen náuseas extremas y vómitos, encías sangrantes, llagas alrededor de la boca, sangrado y ulceración del tracto gastrointestinal, y cándida (aftas). Muchos pacientes comentan que sienten que los efectos colaterales les resultan peores que la propia enfermedad. Numerosas autopsias han demostrado que muchos pacientes mueren a causa del tratamiento normal que reciben antes de que el tumor en sí tenga oportunidad de matarlos.16

Los cánceres que causan la muerte de la mayoría de los pacientes, los grandes asesinos tales como el cáncer de mamas, colon, y pulmón no responden a la quimioterapia. La quimioterapia tiene apenas una efectividad limitada en los tumores grandes o expandidos; generalmente tiene éxito con los tumores pequeños, muy tempranos. Diversos estudios indican que la quimioterapia no posibilita la supervivencia en el cáncer de mama. "La quimioterapia puede incluso llegar a acortar la supervivencia de algunos pacientes (con cáncer de mama) sometidos a este tratamiento", según seis especialistas oncológicos británicos que escriben para el prestigioso periódico médico británico The Lancet.17

"Los médicos generalistas son intimidados a usar regímenes que ya saben no han de funcionar. Uno de los ejemplos más evidentes es la quimioterapia, la cual no funciona con la mayoría de cánceres" decía Alan Levin, Doctor en Medicina, en una conferencia nacional sobre los abusos en la medicina realizada en 1985. Profesor distinguido de inmunología en la Universidad de California, Facultad de Medicina de San Francisco, Levin agregaba: "A pesar de que la mayoría de los médicos está de acuerdo con que la quimioterapia resulta en gran medida ineficaz, se ven coaccionados a usarla por grupos de interés especiales que tienen intereses creados en las ganancias que produce la "industria de las drogas". 18 La prescripción de la quimioterapia, cuando ésta tiene pocas o ninguna posibilidad de funcionar, "es en el mejor de los casos estúpido y en el peor de los casos criminal", advierte el Dr. Robert Atkins, conocido médico dedicado a la medicina complementaria.19 A pesar de ello, los médicos oncólogos ortodoxos lo hacen a diario.
La radiación

La terapia con radiación, o radioterapia, empleada en la mitad de los pacientes americanos con cáncer utiliza rayos X de alta intensidad para debilitar la capacidad reproductiva de las células del cáncer. También se utiliza radioactividad emanada de implantes artificiales, tales como las "semillas" de cobalto-60 o radio insertadas directamente en el cáncer. El problema con la radiación es que, como en el caso de la quimioterapia, daña a las células normales y saludables eliminando a su vez las células del cáncer. La radiación deprime severamente la inmunidad y puede causar daños cromosomáticos graves tanto a nivel de las dosis de diagnóstico como terapéuticas. La radioterapia es un poderoso cancerígeno; provoca cánceres secundarios en muchos pacientes expuestos a esta terapia. En un estudio, el 17 por ciento de los pacientes tratados con radioterapia desarrollaron cánceres secundarios, en el curso de 20 años, en los sitios expuestos a la radiación. 

                                                 

La radiación puede lograr la remisión en 5 años en el 80 por ciento de los pacientes con la enfermedad de Hodgkin detectada muy tempranamente y además resulta efectiva en el tratamiento del Linfosarcoma, el cáncer de próstata localizado no operable, y tumores localizados en la cabeza, cuello, y cervix. Este tratamiento probablemente resulte preferible antes que la cirugía en algunos cánceres, como el de laringe o próstata. En el caso del tratamiento del cáncer de mama, la lumpectomía combinada con la radioterapia parece disminuir las posibilidades de reincidencia en la mama afectada, aunque esto está en disputa ya que pueden aparecer cánceres posteriores diez años después de la exposición.

A pesar de estos éxitos, la radiación parece tener un valor limitado en el tratamiento del cáncer y a menudo resulta más nocivo que beneficioso.

Varios estudios han demostrado que las personas que han sido sometidas a la radioterapia son más propensas a desarrollar metástasis en otros sitios del cuerpo. Esto es lo que menciona el Médico Oncólogo Lucien Israel, consultor del Instituto Nacional contra el Cáncer, en su libro Conquering Cancer (La Conquista del Cáncer).20 La radioactividad usada para matar las células del cáncer también puede activar el proceso de mutación que crea nuevas células de cáncer de otros tipos.

La radioterapia causa daños y trastornos en los órganos y tejidos del cuerpo. Diversos estudios han demostrado que no ofrece posibilidades de supervivencia en la mayoría de los cánceres. "La mayoría de cánceres", escribe John Cairns en Scientific American, en su número de noviembre de 1985, "no se puede curar mediante la radiación porque la dosis de rayos de X necesaria para matar a todas las células de cáncer también podría matar al paciente". Cairns es profesor en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard.

La radioterapia aplicada luego de la cirugía en el cáncer de mama incrementa el índice de mortandad, según varios ensayos clínicos y un estudio publicado en The Lancet.21 A pesar de ello, el 50 por ciento de los radiólogos continúan aplicando radiación a mujeres luego de la cirugía de mama. "Las complicaciones resultantes por altas dosis de radioterapia en el cáncer de mama son: pechos fibrosos, reducidos, fracturas de costilla, cicatrización pleural y/o pulmonar, lesiones en nervios, cicatrización alrededor del corazón, la supresión de todas las células de la sangre, inmunosupresión", según mencionaba Robert F. Jones, Doctor en Medicina, en el Seattle Times en su publicación del 27 de Julio de 1980. "Muchas de las complicaciones ocasionadas por la radiación no se hacen evidentes durante varios años posteriores al tratamiento, dando al terapeuta y al paciente un falso sentido de seguridad por uno o dos años después de la terapia .... La médula ósea, donde se generan las células de la sangre, resulta considerablemente obliterada en el campo de irradiación .... Éste es un efecto irreversible".

No hay mucho acuerdo dentro de la fraternidad médica acerca del papel apropiado de la quimioterapia combinada con la radioterapia en el tratamiento de tumores malignos. Las opiniones de los oncólogos varían entre la aprobación entusiasta y la fuerte oposición. Como se mencionó anteriormente, las personas sometidas tanto a la quimioterapia como a la radiación experimentan cánceres posteriores con una frecuencia veinticinco veces superior a la de la población en general.

Los efectos colaterales de la terapia con radiación incluyen a la inmuno-deficiencia severa y prolongada, además de daños cromosómicos que producirán cáncer más tarde. "Incluso la aplicación de dosis muy moderadas de radiación en los testículos y ovarios pueden causar la esterilización o inducir a mutaciones genéticas", advierte el Dr. Israel.22 La radioterapia puede impedir de manera permanente el crecimiento de los niños. Entre sus otros efectos colaterales se incluyen:

Náuseas, vómitos, excesiva debilidad y fatiga, a veces ocasionando a los pacientes "lesiones o úlceras. . . en la boca, garganta, intestinos, áreas genitales y otras partes del cuerpo...." (Sociedad Americana del Cáncer, Cáncer Book, 1986.). Las heridas en la boca pueden dificultar la alimentación del paciente.

Necrosis de huesos de la boca luego de la irradiación de la lengua, boca, o encías.

Pérdida de pelo temporaria o permanente, dependiendo de la dosificación.

Ronchas y quemaduras extensas de la piel y las membranas mucosas.

Dilatación permanente de pequeños capilares y arterias debajo de la piel en pacientes que presentan una amplia área de irradiación, como en el caso del cáncer de mama.

Amenorrea en las mujeres próximas a la menopausia expuestas a apenas 400 rads de radiación. (Rad significa "dosis de radiación absorbida" la cual constituye la unidad básica de radiación ionizante)

"Ulceras rectales, fístulas, ampollas ulceradas, diarrea, y colitis" en "mujeres sometidas a la radiación de la cavidad pelviana. (ACS, Cáncer Book, 1986.)

Hinchazón de tumores después de una sola dosis grande de radiación. Esto es especialmente peligroso en los tumores cerebrales. Los pacientes pueden recibir corticoesteroides a fin de prevenir este efecto.

Muchos médicos creen que la radioterapia es relativamente inofensiva, de modo que siguen recomendando a sus pacientes este tratamiento altamente lucrativo, como un paliativo. Pero aún los niveles "seguros" de radiación son sospechosos. Los primeros estudios realizados en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York demostraron que la radioterapia era mortal y que los pacientes que no recibieron radiación vivieron mucho más tiempo que aquéllos que sí fueron irradiados. Estos y otros hallazgos similares fueron presentados al Congreso en 1953 en el famoso Informe Fitzgerald donde se acusaba al establishment médico de conspirar activamente para eliminar terapias alternativas prometedoras contra el cáncer.23 Pero estos importantes estudios fueron ignorados, y la industria de la radioterapia siguió su camino. "Durante 30 años los radiólogos de este país han estado involucrados en una mala praxis masiva" acusaba el Dr. Irwin Bross en 1979.24 Bross, ex director de bioestadística del Roswell Park Memorial Institute, no logró conseguir los fondos necesarios para investigar el encubrimiento realizado durante treinta años de lo que él denomina "cáncer médico por radioterapia".

La cirugía

La cirugía a veces es un requisito vital en el tratamiento del cáncer. Resulta eficaz como cura de tumores tempranos, pequeños que no se han extendido a otras partes del cuerpo. Por ejemplo, la cirugía logra una sobrevida de cinco años en aproximadamente el 70 por ciento de los cánceres uterinos, en el 85 por ciento en los cánceres de piel, el 60 por ciento de los cánceres de mama, y en el 40 por ciento de los cánceres de colon. Pero una vez que el tumor ha crecido más allá de cierto tamaño o se ha extendido a otros sitios, resulta frecuentemente inoperable. No existe una manera confiable de decir si un tumor está localizado o ha producido metástasis. En el cáncer de mama en su fase temprana, el 30 por ciento o más de las mujeres que han recibido un pronóstico favorable después de la cirugía experimentan la reincidencia del cáncer, según las últimas cifras proporcionadas por el Instituto nacional contra el Cáncer.25

Los cirujanos habitualmente dicen a sus pacientes oncológicos, "lo extirpé todo", pero muchos estudios han demostrado que algunas células de cáncer quedan en 25 a 60 por ciento de los pacientes, permitiendo de este modo la reincidencia de crecimientos malignos. Según numerosos médicos, la cirugía es a menudo responsable de la expansión del cáncer. Un error microscópico o un descuido en la manipulación del tejido del tumor por parte del cirujano puede esparcir literalmente millones de células cancerosas en el torrente sanguíneo. La biopsia quirúrgica, un procedimiento utilizado para detectar el cáncer en su fase temprana, puede también contribuir a la expansión del cáncer. "A menudo durante la biopsia de un tumor maligno se lo corta transversalmente lo cual tiende a extender o acelerar su crecimiento. Los mismos resultados trágicos se pueden observar en las biopsias realizadas con agujas," observaba el Dr. William Kelley.26

La cirugía debilita la inmunidad, produce una enorme tensión sistémica al paciente, y puede causar la muerte súbita. Muchos pacientes de cáncer han fallecido en el quirófano, o poco después de salir de la operación, a causa de las complicaciones de la cirugía. Algunas operaciones quirúrgicas se realizan inútilmente. "Aunque se ha demostrado de manera concluyente que la escisión del nodo linfático después de la radiación no previene la expansión del cáncer cervical, habitualmente se siguen realizando linfadenectomias en todo el país. Esto a pesar del hecho de que las linfadenectomias hacen que las mujeres se sientan tan mal que prefieren la muerte, y de que se ha demostrado que constituyen un procedimiento probadamente inútil. 27
El dolor, la desfiguración, y la restricción de la función acompañan frecuentemente a la cirugía. Muchos pacientes de cáncer quedan debilitados, lisiados, traumatizados, o humillados después de la operación. Un número sorprendente de pacientes oncológicos "curados" ha visto sus vidas estropeadas a causa de una cirugía "exitosa". Por todos estos motivos, cortar el cuerpo no es la respuesta final al cáncer.


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Referencias

1. Gary Null "Medical Genocide Part 16," Penthouse, 1987, citado en Barry Lynes, The Healing of Cancer (Queensville, Ontario: Marcus Books, 1989), p. 10. .
2. John Cairns, The Treatment of Diseases and the War Against Cancer," Scientific American, noviembre 1985.
3. W.H. Cole, "Opening Address: Spontaneous Regression of Cancer and the Importance of Finding Its Cause," Conferencia
sobre Regresión espontánea del cáncer, EEUU. Ministerio de Salud Educación y Bienestar Social, Servicio de Salud Pública, Institutos de Salud Pública, monografía 44, Ministerio de Salud Educación y Bienestar Social Pub. No. (NIH) 76-1038, 1976, pp. 5-9.
4. Judith Glassman, The Cancer Survivors (Garden City, NY: Dial Press, 1983), pp. 323-324. .
5. Harold D. Foster, "Lifestyle Changes and the 'Spontaneous' Regression of Cancer: An Initial Computer Analysis,"
Publicación International de Investigación Biosocial Research, vol. 10, no. 1, 1988, pp. 17-33, reimpreso en Healing Newsletter, vol. 5, no. 3, disponible en el Instituto Gerson .
6. Peter Barry Chowka, "The National Cancer Institute and the Fifty Year Cover Up,. East West Journal, January 1978, citado en Lynes, op. cit. .
7. Hardin B. Jones, "A Report on Cancer,. speech delivered to the American Cancer Society's 11th Annual Science Writers' Conference, Nueva Orleans, Louisiana, 7 de marzo 1969, publicado en The Choice, mayo1977. .
8. Barrie Cassileth et al., "Contemporary Unorthodox Treatments in Cancer Medicine," Anales de Medicina Interna, vol. 101, 1984, pp. 105-112. .
9. Robert Houston, Repression and Reform in the Evaluation of Alternative Cancer Therapies, Proyecto CURE, Washington, D.C., 1987, p. 13. .
10. Ralph Moss, The Cancer Industry (New York: Paragon House, 1989), p. 98. .
11. Houston, op. cit., p. 7. .
12. "Assessing the Efficacy and Safety of Medical Technologies," Congreso de EEUU, Oficina de Evaluación Technológica, PB 286-929, 1978, p. 7. .
13. Ken Wilber, Grace and Grit: Spirituality and Healing in the Life and Death of Treya Killam Wilber (Boston: Shambhala, 1991), cap. 15. .
14. Revista de Medicina del estado de Nueva York, Mazo 1971, p. 554. .
15. John Laszlo, Understanding Cancer (NewYork:~ Harper and Row, 1987). .
16. Dick Richards, The Topic of Cancer: When the Killing Has to Stop (Oxford, Inglaterra y Nueva York: Pergamon Press, 1982). .
17. T.J. Powles et al., "Failure of Chemotherapy to Prolong Survival in a Group of Patients With Metastatic Breast Cancer," The Lancet, 15 de marzo 1980, p. 580. .
18. Dissent in Medicine: Nine Doctors Speak Out (Chicago: Contemporary Books, 1985). .
19. Robert C. Atkins, Dr. Atkins' Health Revolution: How Complementary Medicine Can Extend Your Life (Nueva York: Bantam Books, 1990), p. 332. .
20. Lucien Israel, Conquering Cancer (Nueva York: Random House, 1978), p. 95. .
21. Jan Stjernsward, "Decreased Survival Related to Irradiation Postoperatively in Early Operable Breast Cancer," The Lancet, 30 Noviembre 1974; y Mark Fuerst, "Doctors Persist With Outmoded Cancer Therapies," Foro sobre Cáncer, vol. 9, no. 7-8, Winter 1988-1989, p. 11. .
22. Israel, op. cit., p. 95. .
23. Ben Fitzgerald, Congressional Record, 28 de agosto 1953; y ver Lynes, op. cit. .
24. Citado en Moss, op. cit., p. 72. .
25. "Primary Treatment Is Not Enough for Early Stage Breast Cancer," Actualización, Instituto Nacional del Cáncer, Oficina de Comunicaciones sobre cáncer, 18 de mayo 1988. .
26. William D. Kelley, Dr. Kelley's Answer to Cancer (Winthrop, WA: Wedgestone Press, 1986), p. 11. .
27. Patrick McGrady, Jr., "The Cancer Patient's Quandary," Townsend Letter for Doctors, no. 16, Junio 1984, p. 99.

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